Primrose Hill en Regent’s Park
Existe una razón por la que en esta zona se encuentran las viviendas más caras y exclusivas de Londres. Desde la cima de Primrose Hill, puede ver todo el centro de Londres extendido a sus pies. Entre el cielo y la ciudad, no es de extrañar que uno sienta que ha alcanzado el monte Olimpo. Vaya hacia el norte para ver una vista sin igual de Belsize Park y Hampstead, u observe las siete placas azules del Patrimonio Inglés que conmemoran a famosos habitantes. También puede darse un paseo por el bonito barrio victoriano y escoger su futuro apartamento.
Admirar el atardecer en compañía de los más queridos es aún mejor, ya que es una experiencia que querrá compartir. Del mismo modo en que una verde y reluciente aurora boreal cubre la noche nórdica, el atardecer de Londres cubre los campos de Primrose Hill, a menudo de un color rojo oscuro, con toques rosas y naranjas, que se extiende cerca del horizonte y se mezcla con el cielo de color lavanda.
Puente Millennium
Uno de los pocos puentes de Londres de uso exclusivo para peatones, el Puente Millennium se inauguró en junio del año 2000. Enseguida fue apodado como “Wobbly Bridge” (el “Puente tambaleante”), ya que solo dos días después de su inauguración, los participantes de una caminata solidaria vieron que se balanceaba de manera preocupante. El puente estuvo cerrado hasta el 2002 para que se le quitase aquel balanceo y ahora es la mejor conexión entre el Teatro Globe y la Catedral de St. Paul. ¿No sabe cómo explorar Londres? Esta pequeña guía de consejos prácticos le puede ayudar.
No hay nada como ver el sol de Londres sumergiéndose en el río Támesis mientras que las luces de los rascacielos muestran destellos de vida a su alrededor. En el puente se respira una paz bendita, muy distante del olor de neumáticos y gasolina, y los únicos sonidos que se oyen son el sonido del río y el lejano aplauso a Shakespeare. Sin embargo, si busca una banda sonora para el atardecer del Puente Millennium, Unchained Melody de los Righteous Brothers sería la primera opción.
El Ojo de Londres
La noria más alta de Europa, el Ojo de Londres es el segundo lugar más elevado de Londres para ver la puesta de sol. Con 135 metros de altura, es la atracción turística de pago más famosa del Reino Unido con más de 3,5 millones de visitas al año. En cada cápsula pueden caber hasta 25 personas, quienes pueden caminar o sentarse allí dentro. La noria gira a unos 25 centímetros por segundo, lo suficientemente despacio como para que, a nivel del suelo, los pasajeros entren y salgan de la cabina sin que el Ojo se tenga que parar. ¡No olvide visitar la cercana Westminster!
No hay nada mejor que contemplar el atardecer desde la altura y la vista que tiene el Ojo de Londres. Cuando esté en el aire, sentirá que se encuentra inmerso en la puesta de sol durante los 30 minutos que dura el viaje. Disfrutará aún más si mide el tiempo y logra encontrarse en la cima de la noria justo en el momento en que el sol se sumerge en el horizonte. Y no se preocupe si no sabe qué hacer con los niños; les encantará montarse en una de las norias más grandes del mundo.
El Shard
Con 306 metros de altura, el Shard es uno de los edificios más altos de la Unión Europea y el punto más alto por donde ver la puesta de sol en Londres. Terminó de construirse en el año 2012 y su plataforma de observación, “The View from the Shard” (“La vista desde el Shard”), fue abierta al público el uno de febrero de 2013. Se concibió como el principal símbolo de la ciudad, una silueta que fuera reconocida instantáneamente en la línea del horizonte. Hospédese en uno de los cercanos alojamientos, en una inmejorable ubicación para visitar el edificio y todo Londres.
Admirar el atardecer de Londres desde uno de los lugares más altos de la ciudad es algo que no se puede despreciar. Merece subir solamente por la vista que hay desde allí, pero más aún por la oportunidad de ver Londres sumergida en un cálido atardecer naranja. Es también un lugar estupendo para apreciar las estrellas que se asoman después y, a veces, la luna está tan cerca que parece que se puede tocar. Traiga consigo una botella de champán para compartirla o disfrute del lujo de permanecer solo en la cima del mundo. Es una maravillosa excursión para una escapada de fin de semana a Londres.
Richmond Park
Considerado como un Sitio de Especial Interés Científico, Richmond Park, en el sudoeste de Londres, es uno de los parques reales más grandes de la ciudad. En un principio, fue creado como un parque de ciervos y su tamaño es tres veces mayor que el del Central Park de Nueva York. Se admiten visitantes, pero debido a que es una reserva natural, hay estrictas normas respecto a la presencia de coches y perros. Sin embargo, se incita a los humanos a que caminen, hagan senderismo, o vayan de picnic dentro de los límites del parque. La entrada es gratis. (¿Alguien dijo gratis? ¡He aquí otras estupendas cosas que se pueden hacer en Londres sin pagar nada!)
Ver el atardecer desde Richmond Park es muy bonito, pero verlo mientras disfruta de un picnic y una copa de vino blanco es mágico. Es un placer magnífico relajarse en un bosque que ha sido protegido durante siglos y en el que animalitos peludos se asoman alrededor (después de todo, es un parque de ciervos).
No venga solo por la puesta de sol, ya que también merece apreciar el resplandeciente amanecer. Si viene lo suficientemente temprano, podrá apreciar los campos de flores silvestres que se abren al alba cubierto de rocío.
¿Ha tenido la oportunidad de ver el atardecer de Londres desde uno de estos lugares? ¿Qué le pareció? ¡Suba fotos y escriba un comentario sobre su experiencia aquí abajo!
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